“Debido al anacronismo que exhibe el sistema político imperante en Cuba, es difícil encontrar, incluso entre los denominados “intelectuales orgánicos de la revolución”, a algunos que profesen una ciega adhesión al gobierno. La mayoría de ellos escogen algún que otro resquicio vulnerable (…) y sobre él emiten determinada crítica. Entonces, al practicar un discurso menos comprometido con la ortodoxia oficial, o afiliarse a tendencias como “la nueva izquierda cubana”, creen dotar de mayor credibilidad a sus puntos de vista”. Para seguir leyendo…