Gustavo Pérez Firmat: ·A Cuba·
No sorprende que una pieza tan anodina y sentimental como Canción de cuna haya provocado estos y otros exabruptos. Contra la cursilería, el choteo. Contra la literatura rosa, los chistes verdes. Contra el “intenso españolismo” (Espinosa dixit), el cubanismo chocarrero. Ni el propio Martínez Sierra se salva del hábito de irrespetuosidad que, según Jorge Mañach, caracteriza al choteador. Al lado de la fotografía del autor, en una alusión a la joven que deja a su hijo recién nacido en la puerta del convento, alguien ha escrito: “Sí, sí, yo me la singué. Y así termina mi historia.” Para seguir leyendo…
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